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martes, 6 de mayo de 2008

JOSÉ LUIS DIEZMA


NOMBRE COMPLETOJosé Luis Diezma
FECHA DE NACIMIENTO22 de septiembre de 1968
LUGAR DE NACIMIENTOMadrid 
DEMARCACIÓN Portero 
DORSAL 25 
CLUB DE PROCEDENCIAReal Betis
TEMPORADAS EN EL CLUB2  (1996-98)
PARTIDOS14
GOLES-19
CLUB DE DESTINONumancia 
EQUIPO ACTUAL Retirado

Diezma se enroló en la cantera merengue desde muy joven. Tanto es así que con apenas 19 años era todo un habitual en el once del Juvenil blanco, donde su seguridad bajo los palos hacía presagiar que pronto podría estar en disposición de alcanzar metas mayores.

Por este motivo, en junio de 1988 fue cedido al Extremadura, con el que tuvo la oportunidad de foguearse en la Tercera división. Y lo cierto es que las cosas no le fueron nada mal, porque los de Almendralejo, gracias a su inestimable colaboración, lograron el ascenso a Segunda B. 

Aquello le valió volver de nuevo a la capital de España, concretamente a las filas del Castilla. Curiosamente, en el filial merengue, aunque debutó en la Categoría de Plata, le cerraba el paso un tal Santiago Cañizares, por lo que apenas pudo disputar tres encuentros en aquel curso que acabó en descenso pese a que en el vestuario estaban jugadores de la talla de Alfonso o Urzaiz y en el banquillo Vicente del Bosque. 

Aquella circunstancia facilitó su salida del club de La Castellana, regresando al Extremadura, donde pudo reivindicarse en la 90/91 y la 91/92, consiguiendo en esta última temporada el Zamora del Grupo IV de Segunda B. Ese título favorecería que el Betis, que acababa de vivir la decepción de no ascender en la promoción al caer ante el Deportivo, se fijase en él. Así, y tras llegar rápidamente a un acuerdo con él, llegó a Heliópolis, donde sólo una expulsión en la segunda jornada de Liga, frente al Sestao, le impidió jugarlo todo. Pese a ello, vivió la decepción de aquel quinto puesto que impidió a la escuadra de las trece barras pelear por volver a Primera, algo para lo que habría que esperar, al menos, una campaña más.

Así llegamos a la 93/94, en la que de nuevo fue intocable. Alcanzó otra vez los 37 encuentros en Liga (sólo se perdió el de la jornada 21, en la que jugó Yubero) y rozó también el pleno en la Copa del Rey. En ella, fue titular en la vuelta de los cuartos de final en el Camp Nou, frente al Barcelona, parándolo absolutamente todo y viendo cómo un gol de Juanito tras una indecisión de Koeman y Busquets llevaba a los de La Palmera a dar la sorpresa, eliminando al ‘Dream Team’. 

Más tarde, en ‘semis’, frente al Zaragoza, Diezma se convertiría en uno de los grandes protagonistas.



No tanto en la ida, donde los verdiblancos cayeron por 0-1, pero sí en la vuelta. Allí, a los 57 minutos, salvó los muebles al pararle un penalti a Santi Aragón en el que, para su desgracia, se lastimó un hombro. Sea como fuere, aquella intervención facilitó que Roberto Ríos, ‘in extremis’, forzase la prórroga, donde el cansancio y las diferencias entre plantillas fueron insalvables. Poyet, Gay y Moisés, este último desde los once metros, sentenciaron y dejaron sin premio a un Betis que no mereció tan duro final.


Pero aquella eliminación, lejos de causar efectos negativos en el vestuario, renovó la moral del equipo que, con Serra Ferrer ya en el banquillo, fue imparable hacia el ascenso. Este fue matemático el 8 de mayo, cuando, en la penúltima jornada, un tanto de Márquez sirvió para tumbar al Burgos en El Plantío y devolver a los heliopolitanos a Primera. En aquella ocasión, él volvió a estar bajo palos y pudo ganarse por fin el derecho a debutar en la máxima categoría.

Aunque en verano las cosas se le iban a poner más difíciles. La secretaría técnica se hizo con los servicios del ex madridista Pedro Jaro, quien se hizo bien pronto con la titularidad. Es más, el rendimiento de aquella defensa formada por ‘currantes del fútbol’ como Jaime, Ureña, Vidakovic y Josete, llevó al meta a ser, con 25 dianas en contra, el menos goleado de Primera y, por tanto, merecedor del Trofeo Zamora. Ante estas circunstancias, Diezma tuvo que consolarse con disputar los seis duelos de Copa y ver cómo sus compañeros llevaban al club a un tercer puesto que daba derecho a jugar la UEFA.

Con todo ello, el 95/96 se presentaba como un curso atractivo para sus posibilidades. Con el Betis disputando tres competiciones y sólo dos porteros en plantilla, iba a tener, a priori, más oportunidades. Pero ocurrió todo lo contrario. Apenas disputó dos choques en Liga, frente a Deportivo y Valladolid, mientras que Jaro se volvía más intocable si cabe. Cierto es que había cumplido su sueño de debutar en Primera, pero la situación se hacía insostenible, sobre todo cuando la dirección deportiva de Heliópolis puso sus ojos en el céltico Toni Prats como posible refuerzo.

Por este motivo, Diezma accedió a ser moneda de cambio para su fichaje, llegando a Balaídos al inicio de la 96/97. Pese a todo, en tierras gallegas tampoco encontraría regularidad. Dutruel fue casi indiscutible y apenas le dejó intervenir en seis duelos ligueros. De hecho, en la Copa del Rey ni se estrenó, viviendo desde el banquillo aquellas polémicas ‘semis’ en las que los celestes cayeron frente al Betis. 

Y peor, incluso, le fueron las cosas en la 97/98, donde pese a que el Celta logró quedar sexto y se metió en Europa, él apenas jugó un par de encuentros, frente a Tenerife y Mallorca. Por ello, en junio decidió cambiar de aires, marchándose al Numancia, donde reverdeció viejos laureles. No en vano, fue titular indiscutible para Lotina, alcanzando la treintena de encuentros y colaborando activamente en un hecho histórico para le entidad rojilla, su primer ascenso a la máxima categoría.


Pero la llegada de Goikoetxea al banquillo de Los Pajaritos y el fichaje del uruguayo Álvaro Núñez acabaron con su resurrección, hasta el punto de dejarlo inédito hasta diciembre y obligándole a buscar otro destino. Así, firmó por el Recreativo, donde lo jugaría todo hasta final de temporada. Pese a ello, no pudo evitar un descenso que sólo quedó anulado por las deudas del Mérida y tampoco se ganó la renovación. Por este motivo, se fue al Murcia, en cuyas filas se alternó con Viña en la portería. Su siguiente parada fue el Elche, donde estuvo a la sombra de otro ex bético, Valerio, y apenas disputó cuatro envites.

Con todo ello, a los 33 años llegó a la conclusión de que la Segunda división se le había quedado grande y probó suerte en la ‘Categoría de Bronce’. Allí, se enroló en el Orihuela, donde volvió a sentirse importante, jugando 33 partidos, pero volvió a sufrir un nuevo descenso. Esto provocó que cambiase de nuevo de equipo y que en la 03/04 defendiese la meta del Cartagena, siendo indiscutible y jugando todos los partidos del curso salvo uno. Finalmente, en la 04/05, inició su última aventura. Fue en el Mérida, donde vio cómo la edad le pesaba demasiado y colgó los guantes.  

A partir de ahí Diezma se volcó en su faceta como técnico, comenzando en los escalafones inferiores del Real Madrid. Mientras, mataba el gusanillo jugando de vez en cuando con los veteranos blancos.


TRAYECTORIA

1986-88: Cantera Real Madrid
1988-89: Extremadura
1989-90: Castilla CF
1990-92: Extremadura
1992-96: Real Betis 76/-76
1996-98: RC Celta 8/-14 (Liga)
1998-99: CD Numancia 30/-27
1999-00: Recreativo 23/-26
2000-01: Real Murcia 21/-32
2001-02: Elche CF 4/-2
2002-03: Orihuela 33/-
2003-04: Cartagena 37/-
2004-05: UD Mérida 36/-

*Fuentes; Yo jugué en el Real Betis - Vavel

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