
NOMBRE COMPLETO | Germán Waidele Figueirido, Mekerle | |
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FECHA DE NACIMIENTO | 11 de noviembre de 1927 | |
LUGAR DE NACIMIENTO | Ourense | |
DEMARCACIÓN | Delantero | |
CLUB DE PROCEDENCIA | - | |
TEMPORADAS EN EL CLUB | 6 (1948-54) | |
PARTIDOS | 92 | |
GOLES | 28 | |
CLUB DE DESTINO | Hércules CF | |
EQUIPO ACTUAL | Retirado (Fallecido 2-10-2012) |
Hijo de padre alemán y madre gallega nacido en Ourense pero residente en Vigo desde la infancia, le pusieron ese apodo por ser de pequeño un niño travieso, juguetón, muy movido; lo que ahora sería hiperactivo. Y lo fue sobre el campo, primero en el Rápido de Pereiró, club con se enfrentó en la copa Galicia al Celta y debió gustar su juego, pues lo ficharon los celestes.
El incisivo delantero Mekerle llegó al Celta después de la temporada de oro de la final de copa de 1948, aunque solo jugó dos encuentros en la campaña 1948-49.
Debutó en primera división el 16 de enero de 1949 en Alcoy, en la derrota del Celta frente al Alcoyano (1-0). La siguiente será la temporada en la que inicie su eclosión, ya que coincide con el nacimiento de la “Delantera eléctrica”, también llamada “Frente de juventudes” por su corta edad, que estaba integrada por Atienza, Hermidita, Sobrado, Juanito Vázquez y el propio Mekerle.
Se estrenó como goleador frente al Espanyol, pero el partido
en el que estuvo en plan estrella y se recuerda hoy en día fue la victoria por
(6-4) al Barcelona, en la que anotó uno de los goles.
Además de por su magnífica actuación, Mekerle fue
protagonista en aquel encuentro por un triste suceso: el guardameta azulgrana
Velasco realizó una salida temeraria, lanzándose a los pies de Mekerle para
arrebatarle el balón, en el momento en que el céltico disparaba, lo que le
costó un golpe que le produjo una herida contusa con desgarro del párpado
inferior izquierdo y ligera conmoción cerebral. Velasco salvó el gol, pero hubo
de ser retirado del campo. En un avión especial fue trasladado a Barcelona para
que pudiera ser intervenido por el doctor Arruga. Cerca de un mes permaneció
ingresado y gracias a las sabias manos del prestigioso oftalmólogo y a su
fortaleza física, el bueno de Velasco no perdió la vista.