domingo, 3 de enero de 2016

AUGUSTO FERNÁNDEZ


NOMBRE COMPLETOAugusto Matías Fernández
FECHA DE NACIMIENTO10 de abril de 1986
LUGAR DE NACIMIENTOPergamino (Argentina)
DEMARCACIÓN Centrocampista
DORSAL24
CLUB DE PROCEDENCIAVélez Sarsfield (ARG)
TEMPORADAS EN EL CLUB4 (2012-16)
PARTIDOS121
GOLES10
CLUB DE DESTINOAtlético de Madrid
CLUB ACTUALRetirado

Augusto Matías Fernández, apodado “El Negro” como tantos otros que no lo eran en Argentina, fue un extremo derecho, interior o mediocentro que jugó en el Celta entre 2012 y 2015, llegando a ser capitán del equipo. Nacido en Pergamino, una pequeña ciudad al norte de Buenos Aires, siempre tuvo claro que quería ser futbolista profesional. Lo que desconocía el pequeño Augusto era la dureza del camino que le quedaba por recorrer.

Con once años acompañó a sus padres, Walter -que llegó a ejercer como portero- y María Julia, a la capital para ver a su hermano Leandro en un torneo. Los ojeadores de River se fijaron en aquel pequeñín que golpeaba el balón y realizaba filigranas sin prestar mucha atención a lo que hacía su hermano. Ahí empezó un duro sacrificio que le llevaba a viajar dos días por semana desde Pergamino hasta Buenos Aires. 440 kilómetros de carretera. 

Agu, como le conocían siendo niño, salía de la escuela a las 12:30, su madre le preparaba la comida y recorría los 220 kilómetros que separaban su ciudad de Buenos Aires. Tras el entrenamiento realizaba el viaje inverso. Primero era solo los martes y el domingo, pero luego fue también los jueves, por lo que acabó quedándose ya desde el viernes hasta el domingo en casas de compañeros. Los viajes de la familia eran constantes, con su padre, su madre María Julia, su hermano Leandro y su abuelo Coco acudiendo a cada partido.




A los 12 años pasó a formar parte de la residencia de River Plate, donde compaginaría el fútbol con los estudios, y donde conoció a Radamel Falcao, gracias a cuya amistad abrazaría la fe convirtiéndose en Atleta de Cristo. Augusto crecía disfrutando de un sueño que era amargo por todo aquello a lo que tenía que renunciar. El hecho de no ver crecer a su hermano y la muerte de su madrina provocaron una crisis en el joven Augusto que estuvo a punto de echar por tierra su carrera cuando contaba con 15 años. 

Por fin, después de tanto sacrificio, llegó su oportunidad en River Plate, con quien debutó el 29 de enero de 2006, en un partido ante Tiro Federal que ganaron los franjirrojos por cinco goles a cero. Con la camiseta de River Augusto fue cumpliendo las promesas de convertirse en futbolista que había hecho de pequeño y regalando alegrías a una familia orgullosa de sus logros. Su abuelo Coco era uno de sus incondicionales. Estaba en silla de ruedas y Augusto solventó económicamente toda la reforma de su casa para otorgarle a la vivienda más espacios para que se pudiera desplazar. Le ofreció mejor calidad de vida. 




En River ganó su primer título, el Torneo Clausura de 2008, y se labró su primer viaje a Europa, donde no acabó de triunfar. Comenzó bien, pero cuando el club francés estaba a punto de ejecutar su cláusula de compra se produjo un cambio de entrenador, que coincidió en el tiempo con una lesión de Augusto. Solo jugó 12 partidos, y regresó a Argentina, para jugar con Vélez. 

En el club de Liniers daría un nuevo salto en su carrera, ganando el Torneo Clausura de 2011, del cual fue elegido mejor jugador. Además llevó a su equipo a disputar las semifinales de la Copa Libertadores. Augusto volvía a estar en el mercado, y en el verano de 2012 despertó el interés de varios clubes. Todo estaba hecho para irse a Turquía cuando recibió la llamada del Celta. El conjunto celeste ofrecía la tercera parte de lo que ganaría en Turquía, pero decidió aceptar la oferta por ver cumplido su sueño de jugar en la Liga.




Se iniciaba así el periplo de Augusto Fernández en el Celta. Presentado en el mes de agosto de 2012, el club vigués pagó por él 1,7 millones de euros, obteniendo el cincuenta por ciento de su pase. Recién ascendido de Segunda División, no se podía permitir muchos excesos en materia de contratación, y la fórmula de los derechos compartidos permitía tener un jugador que daría un salto de calidad a la plantilla. 

Augusto Fernández conectó con la afición muy rápido. Era un futbolista lento, pero con un regate cautivador y un carácter que emocionaba. No extrañó por tanto su rápida adaptación, haciéndose con la banda derecha del Celta. El primer año fue muy duro tras cinco años en Segunda, y el Celta debió esperar a la última jornada para confirmar su salvación. Ese día Augusto supo como era la afición del Celta, algo que siempre destacaría. Jugándose el descenso, el estadio estaba lleno y muchos aficionados esperaron para animar al bus a su llegada a Balaídos. Augusto jamás olvidaría aquella tarde de junio. 




El Celta se salvó, y a Vigo llegó Luis Enrique, que inició la transformación de Augusto. Paco Herrera, su primer entrenador en el Celta, ya lo probó como interior en un encuentro en el Camp Nou ante el Barcelona, pero no pasó de ser un experimento. Luis Enrique contaba con él para esa posición. Se situaba por delante del pivote defensivo, hacia la banda derecha, pero haciendo daño por dentro. 2013 fue un buen año para él, ganando el Trofeo Manuel de Castro, que premia al mejor jugador del Celta en año natural. 

Con Luis Enrique creció, y al término de esa campaña logró un gran premio a su esfuerzo: La participación en el Mundial de Brasil. A pesar de no disputar ni un solo minuto, Augusto puede presumir de formar parte de la selección subcampeona de aquella Copa del Mundo, que le arrebató Alemania en la gran final. Se convertía también en el primer jugador del Celta que participaba en una final de un mundial siendo jugador del club. 



Tras este mundial llegaría a Vigo Eduardo Berizzo, que sería clave en la carrera del de Pergamino. Y eso que el año empezó mal para Augusto, que tuvo un par de lesiones que le impidieron tener continuidad en el equipo. En el mes de diciembre, tras una derrota ante el Almería, llamó ladrón al colegiado, el extremeño Gil Manzano, ya en el túnel de vestuarios. El trencilla lo confundió con Larrivey y apuntó el nombre de su compañero en el acta. A pesar de que Augusto reconoció públicamente haber sido quien insultó al colegiado, Larrivey fue sancionado con cuatro partidos. 

La sanción llegó en una época muy dura para el equipo, que tras un inicio de Liga prometedor estuvo durante 10 partidos sin conocer la victoria. Tal fue la crisis, que el puesto del entrenador peligró tras caer en Getafe. El siguiente partido era en Córdoba, y el argentino decidió dar un golpe de timón ubicando a Augusto Fernández como mediocentro defensivo, una posición en la que nunca había jugado en la élite.




Para sorpresa de muchos, Augusto se adaptó perfectamente a su posición, y no solo eso, sino que se convirtió en uno de los mejores de la Liga. La genialidad de Berizzo, y la capacidad de adaptación de Augusto hicieron que el Celta se olvidase de su mala racha, ya ganó aquel mismo día al Córdoba, y acabase peleando por Europa hasta casi la última jornada. 

Con Augusto totalmente adaptado a su nueva posición arrancaba una nueva temporada con la responsabilidad de ser el capitán de un grupo que lo admiraba y respetaba. Fueron sus compañeros los que lo eligieron para tomar el brazalete que había lucido Borja Oubiña hasta el momento de su retirada. Y la temporada empezó con un nivel espectacular, goleando al Barcelona, y permaneciendo en puestos de Champions durante gran parte de la primera vuelta.

Imagen de su último partido con el Celta en Balaídos

En 2023 participó en el partido de Leyendas del Centenario del Celta


Era cuestión de tiempo que alguien se fijase en él. Y que él aceptase. Durante su estancia en el Celta rechazó ofertas de Catar y China, mejores en lo económico, y también de Villarreal, durante el verano de 2014, y del Valencia, en el verano de 2015. Pero en el mes de diciembre de ese año le llamó Simeone, que lo había entrenado en River Plate, y ahora entrenaba al Atlético, para convencerle de que fichase por el club madrileño. 

Augusto no lo dudó. Afirmó posteriormente que no había preguntado la cantidad que cobraría -1,8 millones de euros netos- hasta después de firmar contrato, y en su despedida del Celta, tras más de 120 partidos oficiales, negó que fuese un pesetero, recordando que el motivo de su marcha era una cuestión deportiva: Buscaba pelear por ganar títulos. En su despedida como jugador del Celta recibió una sonora ovación. Posteriormente admitiría que jamás olvidaría ese gesto.  Con el Atlético firmó por tres años y medio. El contrato de su vida. 


TRAYECTORIA

TemporadaClubCategoríaPaísPJG
2005-06River Plate  1ªArgentina00
2006-07River Plate  1ªArgentina132
2007-08River Plate   1ª Argentina311
2008-09River Plate 1ªArgentina210
2009-10River Plate 1ªArgentina10
2009-10Saint-Etienne 1ªFrancia121
2010-11Vélez Sarsfield 1ªArgentina294
2011-12Vélez Sarsfield 1ªArgentina297
2012-13RC CELTA  1ª España366
2013-14RC CELTA 1ª España332
2014-15RC CELTAEspaña301
2015-16RC CELTAEspaña141
2015-16At. MadridEspaña130
2016-17At. MadridEspaña30
2017-18At. MadridEspaña50
2018Beijing RenheChina222
2019Beijing RenheChina111
2019-20CádizEspaña40
2020-21CádizEspaña120

INTERNACIONAL

SelecciónCategoríaDebutÚltimoPJG
ArgentinaAbsoluta20112017161

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