
NOMBRE COMPLETO | Moisés García León | |
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FECHA DE NACIMIENTO | 10 de julio de 1971 | |
LUGAR DE NACIMIENTO | Sevilla | |
DEMARCACIÓN | Delantero centro | |
DORSAL | 23 | |
CLUB DE PROCEDENCIA | CD Leganés | |
TEMPORADAS EN EL CLUB | 2 (1996-98) | |
PARTIDOS | 27 | |
GOLES | 7 | |
CLUB DE DESTINO | Villarreal CF | |
EQUIPO ACTUAL | Retirado |
Moisés es un delantero centro muy completo y corpulento. Siempre se encuentra en el sitio oportuno y se caracteriza precisamente por su capacidad goleadora y su potente disparo. Empezó su carrera en el Deportivo Aragón de donde pasaría al Zaragoza. Con diecisiete años, Radomir Antic le hizo debutar con el Zaragoza en Primera División. Su debut llamó la atención en aquel entonces por su juventud, pero no por sus cualidades. Se trataba de un delantero centro clásico: alto (1,85) con un gran remate de cabeza, pero sin excesivas cualidades técnicas.
Tras las entrevistas y los focos, Moisés volvió de nuevo al anonimato. Radomir Antic dejó al equipo aragonés y sus perspectivas se fueron diluyendo minuto a minuto en el banquillo. Su suplencia le trasladó a Pamplona, a Osasuna. Pero tampoco allí gozaba de continuidad. La irregularidad del equipo, buscando siempre el ascenso y frustrándose de nuevo. Al menos, recibió una buena noticia: Radomir Antic se interesó por él de nuevo para incluirle en el equipo que después fue flamante bicampeón, pero las pretensiones económicas del club navarro desestimaron la contratación. Al final, permaneció en Pamplona para firmar una temporada desangelada con números discretos: sólo jugó veintidós partidos y en el casillero de goles se anotaron apenas seis marcas, un registro demasiado pobre para un hombre con continua hambre de gol.
Por aquel entonces, en Leganés se vivía la euforia de la mejor temporada de la historia. Uno de los integrantes de aquella plantilla era Gerardo, un centrocampista procedente del Real Madrid. Al terminar la temporada, el centrocampista se marchó al Lleida, no sin antes recomendar el fichaje de un delantero muy conocido para él: Moisés, su hermano. Con veinticinco años volvía a hacer las maletas tras negociar un contrato humilde con un equipo modesto. Jesús Polo quiso ponerle una cláusula de rescisión de cien millones de pesetas, pero el jugador no aceptó. En un deporte en el que para fichar a un jugador se tienen que pagar 4.000 millones de pesetas, a Moisés se lo podían llevar por sólo veinte.